Por más de una semana tuvimos el honor de manejar uno de los vehículos del fabricante surcoreano Kia que se ha vuelto popular dentro del mercado mexicano. Se trata del nuevo Rio 2018, el pequeño hatchback de Kia que con cambio de generación obtiene mejoras en diseño, tecnología y por supuesto en su manejo.
La versión que pudimos probar fue de las versiones más equipadas que vende Kia actualmente en México; la EX Pack, que entre las características que lo ponen en su tope de gama están el Quemacocos, sus rines de aluminio de 17”, vestiduras en piel, pedales con acabados metálicos y faros traseros tipo LED.
A continuación dejamos su ficha técnica breve:
Motor 1.6L MPI con 121 HP y 111 LB-PIE.
Transmisión automática de 6 velocidades.
Rendimiento de 17.81 KM/L
Quemacocos, rines de aluminio de 17”.
6 Bolsas de aire.
Frenos ABS.
Control electrónico de estabilidad.
Asistente de arranque en pendientes.
Aire automático.
Sistema con pantalla touch de 7” con Android Auto y Apple CarPlay.
Cámara de reversa trasera.
Bluetooth, Aux y USB.
Prueba en ciudad.
Como casi siempre iniciamos nuestra prueba en la ciudad, y qué mejor reto que la CDMX para cualquier auto que está enfocado en gran medida a ser urbano; sí el Kia Rio es un hatchback con tintes muy urbanos, así que decidimos ponernos en marcha.
El auto que tuvimos la oportunidad de manejar, contaba con poco kilometraje, cerca de los 3 mil kilómetros en ese momento, así que es un buen referente como para decir que estaba recién salido de la agencia.
Iniciamos haciendo una prueba al comportamiento o la agilidad en el arranque en esos momentos de pasar de un carril a otro cuando vamos a rebasar en esta complicada ciudad; el resultado fue óptimo sin llegar a ser el supremo que estábamos esperando, pero tengan en cuenta que era la versión automática y que en el caso de la versión manual, se mejora el arranque al tener el control. Sin embargo en la mayoría de los casos, cuando no estábamos pensando en el ahorro del combustible, el Rio de Kia tenía un manejo ágil, comportándose a la altura de su categoría claramente.
Seguíamos con nuestro camino por las pesadas calles de la CDMX, y bueno, los baches y caminos sinuosos parecen ser el pan de cada día; respecto a ésto último, no mejor terreno para hacer la prueba de la amortiguación y suspensión. Los caminos son fuertes, pero el Rio se siente cómodo, incluso pasando por calles empedradas. Los baches no fueron problema, salvo en algunas excepciones en donde sí sentimos que le hizo falta más rigidez a la vez que suavidad, es decir, varios baches o caminos se sentían muy fuertes y secos. En general en esta prueba, para nosotros, el Kia Rio hizo muy buen papel, en casi todos los momentos la sensación de manejo fue cómoda, superando a otros autos, por ejemplo, para nosotros supera al Kicks de Nissan, que en ocasiones era muy evidente el pase por ciertos baches medianamente profundos.
Prueba en carretera.
¿Nuestro siguiente análisis? ¡Claro! la obligada prueba en carretera, que por nada se nos iba a pasar en este pequeño hatchback, que si bien tiene aires de urbano, claro que debería ofrecer buen comportamiento para viajar.
Nuestro destino esta vez fue Hidalgo, donde pasamos por Pachuca y llegaríamos hasta los conocidos “Prismas Basálticos”, así de esta manera emprendimos el viaje, huyendo del tráfico y caos de la capital de México.
Por fin llegamos a la primer caseta, e iniciamos en forma esta sección del análisis; el Rio aumentó de velocidad en poco tiempo con solo apretar el acelerador suavemente, no tuvimos la necesidad de ser toscos. El camino en esta primera parte es casi recto, la estabilidad fue genial, la alta velocidad fue parte del auto; aquí un punto a tomar en cuenta: en ciertas ocasiones el desempeño en velocidades arriba de los 105 kkm/h, al hacer rebases, el auto no se sentía tan ligero, pero logró hacer su trabajo correctamente.
Llegamos a los tramos de las curvas, el camino que muchos temen, porque a veces nos puede llegar a generar una inestabilidad, pero que también dependen mucho del conductor. El Rio tomó las curvas sin problemas, el control sobre el auto fue siempre el correcto sin llegar a ser supremo como en otros autos de mayor rango y más caros. En ningún momento nos hizo sudar, al contrario nos fuimos muy relajados, pero sí nos hizo tomar la precaución de apretar tanta velocidad en estos caminos curvos y de voladeros.
En pendientes volvemos a sentir lo mismo, no faltó un poco de agilidad, que resolvimos apretando el acelerador más a fondo, pero esto no debería de existir en versiones con la transmisión manual.
Ahora bien, vamos a la prueba de crucero gracias a la versión que tenemos al volante; lo pusimos a prueba, esta opción fue muy sencilla de utilizar y activar, pues los mandos están en el volante de la manera adecuada. Al activarlo y seleccionar la velocidad requerida, se mostró constante y reaccionando al instante en cuanto apretamos el freno. En ciertas pendientes le tomó un poco de dificultad conservar una velocidad constante, pero por un rango mediano.
Interiores, comodidad, conectividad y entretenimiento.
La versión que nos facilitaron, como ya les habíamos contado, fue la de mayor equipamiento hasta el momento, por lo que esperábamos buenos resultados dentro de este apartado.
Los asientos nos gustaron, los acabados en piel se sintieron de calidad y junto con la comodidad que nos brindaron, siempre fueron cómodos nuestros viajes. La consola, tablero y acabados en puertas, a nuestra consideración les hace falta mejorar tal vez en las textura, ya que al tacto y a la vista, no parecían de un auto con este costo, sin embargo el diseño y sus líneas hacen olvidar estos puntos.
Otro acierto en esta versión es que ya incluyen el Quemacocos, en una versión anterior, la EX Manual, este elemento viene de fábrica, lo que le da al auto un grado más de deportividad, comodidad y entretenimiento. Con un tamaño mediano, este techo eléctrico fue funcional para ver el cielo o para refrescarnos un poco.
El Rio lo equiparon con una pantalla touch de 7 pulgadas, con su propia interfaz para escuchar música, navegar y comunicarnos, pero además ofrece soporte para Android Auto y Apple CarPlay; nosotros solo probamos con el sistema operativo de Google, no contamos en esos momentos con algún iPhone a la mano. La conexión fue sencilla con previos conocimientos en el tema, la navegación pudo ser mediante Waze o Google Maps, solo una vez nos llegó a fallar esta plataforma, pero lo anterior pudo haber sido causa del propio teléfono (si está lento, también verás lenta la interfaz en la pantalla del auto) o incluso del propio sistema operativo (Android Auto). Sin embargo, la experiencia en multimedia fue genial, la comunicación vía bluetooth igual lo fue y en general cumplió con creces.
Fue tiempo de subirle a la música; no se presentaron distorsiones, el volumen fue muy bueno, los bajos como se deben y los agudos nítidos, nada que pedirle, salvo que seas muy minucioso en este aspecto; claramente unas bocinas Bose, nos hubiesen encantado.
Lo que nos encanto:
El consumo de gasolina es apropiado para la ciudad.
Entrada sin llave y botón de arranque
Buen nivel de entretenimiento y conectividad.
El manejo en carretera siempre fue estable.
Las oportunidades de mejora
La amortiguación y suspensión podría ser más cómoda y suave.
La versión automática tiene que mejorar al arranque.
Algunos acabados en esta versión deberían ser de mayor calidad.
Nos entrevistamos con la gente de de producto de Kia para platicar sobre el Rio; les planteamos que hace falta una versión entre la base y la EX, ya que la diferencia en pesos es bastante y algunos consumidores pudiesen estar eligiendo otra opción. También en exclusiva nos informaron que están valorando una posible comercialización de una versión Turbo, para competir con sus rivales, el Swift Boosterjet y otras opciones hatchbacks con motores potentes.